¿POR QUÉ UN PERRO ASUSTADO METE LA
COLA ENTRE LAS PATAS?
Todo
el mundo sabe el significado de esta posición de la cola, pero ¿por qué ha
evolucionado este gesto particular en el lenguaje corporal de los perros? ¿Cuál
es la causa de que una posición de cola caída esté relacionada con miedo, inseguridad,
subordinación y apaciguamiento y exhibición de bajo status, mientras la cola
elevada es señal de dominio y alto status?
La respuesta no se basa en la cola
en sí, sino en lo que está debajo de ella. Al bajar la cola, y luego curvarla
con fuerza entre las patas traseras, el perro rastrero está eliminando de una
manera efectiva todas las señales de olor de su región anal. Cuando se
encuentran dos perros de elevado rango, alzan orgullosos sus colas y exponen
sus zonas anales para que sean examinadas de cerca. Dado que las glándulas
anales poseen olores personales que identifican a los perros individuales, la
acción de meter la cola entre las patas es el equivalente canino del humano
inseguro que desvía la mirada.
En un perro doméstico solo que vive
con una familia humana, esta exhibición no posee una gran importancia, pero
donde existe una agrupación social de perros, en que los status relativos y el
orden de rango son importantes, sustituye una señal vital que protege al más
débil del grupo del más fuerte. Y, como es lógico, es de gran trascendencia en
la sociedad de los lobos en estado salvaje. Se puede observar cómo un lobo
subordinado al aproximarse a un miembro dominante, baja la cola y la aprieta
con fuerza entre las patas traseras cuando pasa cerca del «lobo superior», y
luego la alza de nuevo al alejarse de su radio de acción.
Existe una intrigante diferencia
entre los perros domésticos y sus antepasados salvajes en relación a esa
exhibición. En la cola de todos los lobos, pero no en los perros, existe una
glándula precaudal, que puede observarse como un lugar oscuro a unos siete
centímetros y medio de la base, rodeado por unos pelos negros y tiesos, esta
pequeña parte de la piel está formada por un grupo de glándulas sebáceas
modificadas que exudan una secreción grasa. Al igual que las glándulas anales,
sólo se vincula a la señalización de olores y su posición en el exterior de la
cola resulta significativa. El que se halle colocada donde está, otorga la
posibilidad de ofrecer una sustitución a la búsqueda de olores, pues sustituye
a la zona anal. Si un lobo se aproxima a otro para olerle por detrás,
encontrará una clase de olor glandular si la cola está alzada (la glándula
anal) y otra, cuando la cola está bajada (la glándula precaudal de la cola).
Esto significa que la señal de olor del lobo es más compleja que la del perro
doméstico.
¿Por qué el perro ha abandonado la
señal de glándula de la cola y no la posee en absoluto? Todos los demás cambios
que han tenido lugar durante el desarrollo de diez mil años del perro, desde el
lobo, han sido seleccionados de modo deliberado por los criadores de perros
humanos para mejorar una u otra cualidad en sus animales, acabando el proceso
en las numerosas razas que tenemos hoy. Pero la función de la glándula de la
cola del lobo no se ha discutido hasta tiempos muy recientes, por lo que
resulta muy difícil comprender que se haya convertido en el foco de las
tendencias de la raza en los siglos anteriores. Sin embargo, debió eliminarse
en un estadio muy temprano porque su pérdida parece ser completa en todas las
razas de perros. Se trata de la única diferencia entre lobos y perros que
continúa siendo un completo misterio en la actualidad.
Digamos algo más acerca de las
exhibiciones de cola alzada y cola bajada de perros y lobos. Aunque la función
primaria sea indudablemente la modificación de las señales olorosas, se ha
hecho mucho más importante otra de tipo secundario en forma de mensaje visual.
Cualquier animal puede observar a distancia, con un simple vistazo, cuál de los
dos «intérpretes» es dominante y cuál subordinado, simplemente por sus
siluetas. Una ojeada es todo lo que se necesita para comprobar si se ha
producido cualquier cambio en las relaciones de status y si un animal más débil
está tal vez, al fin, planteando su desafío a otro más fuerte.
FUENTE: Dogwatching
Morris, Desmond